Si algo tengo claro después de tener hijos, es la importancia de crear recuerdos. Cuando nació mi primer hijo no tenía cámara de fotos, más allá de la del teléfono, y por aquel entonces no tenían tanta calidad como ahora. Al recopilarlas para hacer un álbum de su primer año me di cuenta de que la mayoría no había por donde cogerlas.
Fue en ese momento cuando comenzó a interesarme la fotografía. Aprovechando que mi padre era muy aficionado, le pedí prestada una de sus cámaras y comencé a trastear con ella. Con el tiempo, fuí realizando más y más formaciones en diferentes campos como la fotografía documental de familia, de producto, edición y composición fotográfica.
«La fotografía es como la vida, ¿qué significa? No lo sé, pero deja una impresión, un sentimiento»
Leonard Freed
Durante el embarazo de mi segundo pollito, decidí que no me iba a pasar de nuevo lo mismo y me propuse capturar todos los momentos únicos que nos regalase. Pero… ¿Y ahora qué? Si algo está claro es que en el disco duro las fotos ni se ven ni se disfrutan. Los álbumes digitales o fotolibros son una de las mejores opciones para tener a mano todas esas fotografías que te encantan y poder verlas en familia cada vez que te apetezcan.
Como propuesta/recomendación es que os propongáis hacer un álbum familiar anual, recopilando lo mejor de cada año. En nuestro caso, además del álbum familiar, solemos dedicarles un álbum a cada uno de nuestros hijos, con unas palabras dedicadas a cada uno y sus mejores momentos del año.
Espero que os haya gustado este post y que os lancéis a imprimir vuestros recuerdos y a sacar las fotos del pc de una vez por todas!